Desde que me encontré este apartamento parisino en las páginas de la revista Elle Deco del pasado mes de Junio he querido hacer una publicación sobre él. La falta de tiempo unida a la Astenia primaveral ( que este año ha sido veraniega ) lo ha atrasado un poco pero...nunca es tarde si la dicha es buena.
Sus dueños, Irene y Thomas Cohen, son los directores de la firma de ropa infantil Bon Ton.
La vivienda se compone de una planta principal y una buhardilla rehabilitada por sus dueños. Esta escalera comunica ambas plantas.
El salón muestra la personalidad de la familia combinando con acierto todo tipo de elementos decorativos, desde recuerdos hasta manualidades de los niños, pasando por piezas de taxidermia, ilustraciones, fotografías, letras o centros florales.
El comedor destaca por su colorido predominando el color rojo que no llega a resultar excesivo dado el color blanco de las paredes que logra suaviza la fuerza de los muebles y objetos de decoración.
El comedor comunica con la sala de juegos. En él encontramos un conjunto de mesa y sillas con forma de seta con un colorido muy acorde al mantel de hule del comedor. Preciosa también la lámpara estilo Gieldé y alegrando aún más la estancia una guirnalda de papeles de colores.
Unida al comedor nos encontramos con la cocina, una de las estancias de la casa que más me ha gustado.Un espacio bastante abierto, luminosos, con muebles bajos salvo las baldas de una de las paredes. En este caso se han escogido para los muebles tonos suaves aportando el colorido, de nuevo el rojo, con la nevera de la marca SMEG, pequeños electrodomésticos o en el menaje a la vista.
En contraste con el resto de la casa, en el dormitorio y baño de la pareja predomina el color blanco quizás buscando una línea cromática más propicia al descanso y la calma.
El espejo tríptico y la bañera exenta...dos piezas en mi lista de deseos!
Qué mejor forma de relajarse o, según el momento también de cargar pilas que abrir las ventanas del baño o el dormitorio y disfrutar de estas vistas...
La envidia me corroe...pero envidia sana,claro!
